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Conferencia de negocios

¿Qué es un estudio de factibilidad?

Un estudio de factibilidad es una evaluación sistemática y objetiva que se realiza para determinar si un proyecto propuesto es viable desde diferentes perspectivas. Su objetivo principal es analizar la viabilidad de mercados, técnica, organizacional, financiera, económica, ambiental y social de un proyecto antes de tomar decisiones importantes o comprometer recursos significativos.

 

El estudio de factibilidad proporciona una base sólida para la toma de decisiones informadas sobre la continuación o abandono de un proyecto. Ayuda a identificar los riesgos y desafíos potenciales asociados con el proyecto y a evaluar si los beneficios esperados justifican los costos y esfuerzos requeridos.

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Componentes de un estudio de factibilidad

1. Viabilidad de mercados: “Es una actividad investigativa que tiene como objetivo ayudar, analizar, planificar y comunicar datos relevantes acerca del consumidor con el fin de ayudar a tomar decisiones en situaciones específicas; es uno de los elementos básicos para los proyectos, ya que sirve de apoyo para la toma de decisiones, la cual está encaminada a determinar si las condiciones del mercado no son un obstáculo para llevar a cabo el proyecto” (Mondragón, 2017, p. 39).

 

2. Viabilidad técnica:  Se evalúa la viabilidad técnica del proyecto, es decir, si se cuenta con los recursos, la tecnología y los conocimientos necesarios para llevarlo a cabo con éxito. Se debe responder a interrogantes como: “¿cuánto?, ¿dónde?, ¿cómo y con qué producirá mi empresa?, para diseñar la función de producción óptima que optimice los recursos disponibles para obtener el bien o servicio; en este sentido, comprende: tamaño del proyecto, localización del proyecto, ingeniería del proyecto” (Córdoba, 2011, p.107).

 

3. Viabilidad organizacional:  define el tipo de sociedad que se adoptara para la fase operativa del mismo, pero esa decisión se debe tomar en conjunto de la misión de la organización que se pretende crear, el interés, la responsabilidad y la actitud de los agentes emprendedores, el número de miembros, la magnitud de la inversión y las implicaciones de la figura jurídica en materia de impuestos y regulaciones de ley. (Mondragón, 2017, p. 58)

 

4. Viabilidad financiera: Se evalúa la capacidad financiera para llevar a cabo el proyecto, considerando la disponibilidad de fondos, las fuentes de financiamiento posibles y la capacidad para cubrir los costos y cumplir con los compromisos financieros. Es decir, se especifica “las necesidades de recursos a invertir, con detalles de las cantidades y fechas para cada uno, su forma de financiación (aporte propio y créditos) y las estimaciones de ingresos y egresos para el período de vida útil del proyecto” (Unión Europea, 2008, como se citó en Córdoba, 2011, p. 186).

 

5. Viabilidad económica: e refiere a la evaluación de su impacto y adecuación dentro del contexto económico más amplio de un país, región o mercado. Consiste en analizar cómo el proyecto puede contribuir al crecimiento económico, la estabilidad y el desarrollo sostenible, así como su compatibilidad con las políticas y objetivos macroeconómicos existentes.

 

6. Viabilidad ambiental:  refiere a la evaluación de su impacto y compatibilidad con el medio ambiente y los recursos naturales. Consiste en analizar cómo el proyecto puede mitigar los impactos negativos en el entorno, promover la sostenibilidad ambiental y cumplir con las regulaciones y normativas ambientales.

La viabilidad ambiental es un componente esencial en la toma de decisiones sobre proyectos, especialmente en un contexto en el que la protección del medio ambiente y la sostenibilidad son temas cruciales. Un proyecto ambientalmente viable es aquel que minimiza los impactos negativos y maximiza los beneficios para el medio ambiente, asegurando su preservación y el bienestar de las generaciones futuras.

 

7. Viabilidad social: e refiere a la evaluación de su impacto y beneficios para la sociedad en general, así como para las comunidades locales y los grupos de interés involucrados. Consiste en analizar cómo el proyecto puede contribuir al bienestar social, la equidad, la inclusión y el desarrollo de las personas y las comunidades afectadas.

La viabilidad social es fundamental para garantizar que un proyecto sea aceptado y beneficioso para la sociedad en general. Un proyecto socialmente viable es aquel que tiene en cuenta las necesidades y expectativas de las comunidades locales, promueve la equidad y el desarrollo sostenible, y respeta los derechos humanos y la diversidad cultural.

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Bibliografía:

Córdoba, M. (2011). Formulación y evaluación de proyectos. Bogotá, D.C.: Ecoe Ediciones.

Mondragon, D. (2017). Formulación y Evaluación de Proyectos. Bogotá D.C.: Fondo editorial Areandino.

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